Nicaragua, Nicaragüita

Al releer la última entrada me pareció que había sido un poco dura con el paisito, considerando todo lo que representa para mí y la alegría que me provoca volver a pisar sus tierras. Por lo que decidí dedicar otro post al paisito, con fotos de mis andanzas por el Río San Juan con motivo de las elecciones y de mi tradicional visita a Granada. En el departamento del Rió San Juan descubrí la pista sin asfalto del pequeño aeropuerto de San Carlos donde aterrizan las avionetas de la Costeña lo más suavemente del mundo. La verdad, no estaba en mis planes volver a viajar con la Costeña. Un día de estos, una de estas avionetas se cae. Pero qué lindo sobrevolar la Laguna de Apoyo, Granada, el Mombacho, Zapatera, Ometepe con el Concepción encapuchado... A la vuelta a Managua, tradition oblige, agarré un intermortal rumbo a Granada donde, en 24 horas, intenté hacer todo lo que solía hacer en mi vida granadina. Imposible, claro, pero logramos reunir a algunos habitués del cafemail, comer un vigorón, tomar dos cacaos y varias victorias, entablar una conversación con Bernardo en el parque Central y rápidamente huir, alabar la grandeza de Sor María Romero con Doña Adela… Me faltaron muchas cosas: ver a Héctor, hacer las compras en el Lacayo, sentarse en la puerta de la casa de la Calle Mozarán… Esta vez no sé cuándo volveré al paisito... La última noche la pasé en un tugurio de Managua en compañía de Natalia, Herminio y Giorgio con música de fondo unos borrachos nicas cantando a los Mejía Godoy para celebrar la victoria de Daniel. Ciertamente algo para recordar el paisito hasta la próxima visita.