En Bolivia y sin gas

Estoy sin gas en la casa, se me acabó la garrafa de gas y claro no he tenido tiempo o más bien me ha dado pereza ir a comprar otra. Ni un café, ni un matecito caliente, me puedo tomar. Condenada a los cereales con leche por la mañana y por la noche. Siendo Bolivia uno de los principales productores y exportadores de gas en América Latina, mi situación es irónica pero me permite hacer referencia a las condiciones de vida de muchos bolivianos. Bolivia provee gas a sus vecinos, Brasil y Argentina, en grandes cantidades. Mientras que sólo el 58% de los bolivianos tiene acceso al gas en garrafa o por cañería. La distribución se limita a las ciudades grandes y los centros industriales. En el 2001, el 34% de la población usaba leña para cocinar y calentarse (técnica que no me he atrevido a implementar en la casa…). A finales del mes de octubre, el gobierno firmó nuevos contratos con todas las empresas petroleras extranjeras operando en el territorio. Estos contratos garantizan millonarios ingresos al país. La primera medida que el gobierno asoció al éxito de la firma de los contratos fue la entrega del bono Juancito Pinto (200 bolivianos = unos 25 dólares) a los alumnos de primaria. Durante una ceremonia de entrega, Evo Morales precisó que "este bono no es plata de Evo Morales, la plata para (el bono) Juancito Pinto viene de nuestra madre tierra, esta madre tierra llamada en algunas regiones la Pachamama que tiene tantos recursos naturales, tiene oro, estaño, plata, petróleo, gas natural". El gran desafío de Bolivia de ayer y hoy: saber beneficiarse de sus recursos naturales.