Les pingouins de Chiloé

Avant de m’envoler pour Santiago, j’avais prévenu la compagnie franco-chilienne : je voulais voir des pingouins. Désir exaucé ! Le samedi 30 décembre, les pingouins de Puñihuil (un îlot à quelques encablures de la grande île de Chiloé) étaient au rendez vous. Tout menus, vêtus de blanc et noir, étonnamment agiles sur leurs pieds palmés, le pelage luisant quand ils se mettent à l’eau, ils se sont donnés en spectacle pour notre plus grand plaisir. Ils sont vraiment mignons! Avec les pingouins (de Magellan et de Humboldt, il y a deux espèces a Chiloé, à vous de les reconnaître), cohabitent d’autres bestioles, les cormorans, les pélicans et les mouettes. D’ailleurs, Chiloé signifie le «lieu des mouettes». Et penser que les Espagnols, avec l’imagination qui les a caractérisés pendant la conquête, voulaient appeler l’île la Nouvelle Galice… Heureusement que le nom original a résisté jusqu'à nos jours. Chiloé est un endroit trop spécial pour s’appeler la Nouvelle Galice. En plus des pingouins, nous y avons vu des phoques (juste leur petite tête qui sortait de l’eau, pas de photos malheureusement), des arcs en ciel et des dauphins. Les dauphins, on les a vus depuis le sable, très prêts du bord. Ils nous ont pris par surprise et là non plus il n’y pas de photos. Ils ont fait leur apparition soudainement en fin d’après midi alors que nous faisions une balade sur la plage de Palqui. Ils ont capturé l’attention des personnes et des chiens et pendant quelques secondes le seul bruit qu’on attendait c’était leur plongeon dans la mer… Magique. D’après les Chilotes (habitants de Chiloé) ça porte chance de voir des dauphins…

¡Ya poh!

El «poh» es la versión chilena del «pues» y me tocó escucharlo numerosas veces en mis recientes vacaciones en tierras chilenas: "sí poh", "no poh", "no es de acá poh", mi favorito el "ya poh"… Lo más fácil de imitar y de burlar del acento chileno, por lo demás bastante difícil de imitar. Pasé el fin de año en Chile con mis amigos de Haití, Natalia, Ángela y Guillaume. Encore et toujours la conexión haitiana a más de seis meses de haber dejado Haití… Hace un año los 4 pasábamos juntos la noche vieja en la Résidence Pauline, cansados, un poco sarcásticos, desilusionados, preocupados por las elecciones que se nos venían encima. Anticipando los cinco meses más difíciles de nuestra estadía haitiana pero ciertamente los más enriquecedores y gratificantes desde varios puntos de vista. Hoy el periódico de Sucre, Correo del Sur, en una de estas gaffes dont les journalistes ont le secret publica la noticia de la muerte del general brasileño Bacellar ocurrida el año pasado. Fue como un flash back: recordar enterarme de la muerte de Bacellar en Cabo Haitiano, un sábado por la tarde, un día gris y feo, la angustia, la incertidumbre, sentir un ambiente ominoso alrededor mío... Sin embargo, a un año, mis impresiones de Haití se han matizado. Estas vacaciones en Chile fueron la ocasión para recordar muchas cosas buenas de Haití, lo que queda, principalmente la amistad, la complicidad, las risotadas, las bromas... Fue también ocasión para pasear, ver pingüinos y otros bichos (detalles en la próxima entrada), comer harto... La paila marina, miam, las empanadas de mariscos, los caldillos, el cordero asado con papas chilotas, el curanto, las ostras crudas y horneadas con ajo! El pollo con mucha crema de Guillaume, el kuchen un poco químico de Frutillar, los copiosos desayunos con miel de Palqui y pan tostado en la casa del tío Víctor, el chupe de camarones... Sí, comida peruana en Chile, ¿por qué, no? Desde mi escapada a Miraflores, estoy obsesionada con el chupe. Algunos paseos fueron bastante consumistas, especialmente en la feria artesanal de Dalcahué y ahora mi armario huele a oveja chilota pero ¡qué importa si la pasamos bien! ¡Unas vacaciones de verdad! Les voy a contar un poco más de mis vacaciones en este Chile post-Pinochet. Y colocar fotos. Por ahora tengo que resolver algunas dificultades con el flickr. Al parecer abusé del sistema de cuentas gratis con yahoo… ¡Feliz año nuevo a todos!